Así Amenazan las Bandas Criminales a las Academias de Béisbol en Venezuela

Los jefes criminales que controlan las prisiones y las megabandas entraron en el negocio de la pelota y se mueven con la versatilidad de un utility en el diamante.

En un notable trabajo de investigación los medios de comunicación CONNECTAS y ARI visitaron más de 25 academias de beisbol en 5 estados del país para esta investigación e identificaron cómo el crimen organizado oscurece el proceso de firmas de los prospectos venezolanos con los equipos de Estados Unidos.

El asesinato de un entrenador, el atentado al dueño de una academia de beisbol, videos con amenazas de hombres armados y una decena de extorsiones —en distintas modalidades— a empresarios y figuras ligadas a la pelota son algunas de las manifestaciones de la presencia de los pranes en el terreno.

Antes de ser conocida por la emergencia humanitaria compleja, Venezuela era famosa por ser el campo donde brotaba el talento que alimentaba las Grandes Ligas. Las granjas de beisbol de las organizaciones estadounidenses proliferaban. Era un negocio rentable para todas las partes: los prospectos, las familias, los agentes y, por supuesto, los equipos.

Los equipos de las Grandes Ligas comenzaron a abandonar el país en 2005. Para 2015 solo quedaban 4 de las 22 granjas que funcionaron en Venezuela. Este vacío lo llenaron las academias privadas. El experimento floreció tanto que un nuevo «socio» quiso «invertir»: el Tren de Aragua, la megabanda que opera desde la prisión de Tocorón.

El alto mando de la Mega Banda criminal «El Tren de Aragua». Cortesía Runrunes.

“Todas las academias de beisbol aquí, en Aragua, les pagan un porcentaje a los ‘pranes’ de Tocorón. Al que no paga, lo matan”, aseguró, sin dudar, un funcionario de la policía judicial de Venezuela, que pidió no citar su nombre.

No era una exageración. Sacó su teléfono celular y comenzó a leer: “José Luis Alviarez Alecio, preparador físico, cédula de identidad 17.275.699, barrio San Rafael, calle José Ramos, parroquia Pedro José Ovalles, 10/7/2020, 2:00 p. m. Se negó a pagar una extorsión y lo mandaron a matar”.

Alviarez Alecio, conocido como “Tito”, era entrenador deportivo y vivía en un sector popular de Maracay, capital del estado Aragua, ubicado en el centro del país, a 121 kilómetros de Caracas. Se encargaba de formar a varios adolescentes, considerados talentos para llegar a Grandes Ligas, en una improvisada y modesta academia de beisbol que funcionaba en el estadio José Casanova Godoy.

Tito tenía una novia nueva y estaba a punto de firmar a su primer prospecto. Cuando creía que había llegado el día de su suerte, el Tren de Aragua se atravesó en su camino.

“Los pranes se enteraron de que iban a firmar a uno de los prospectos que entrenaba Alviarez Alecio. Como el preparador físico no quería pagarles un porcentaje, mandaron a dos chamos (jóvenes) a hacer el trabajo (sicariato). La moto y las armas que utilizaron los asesinos habían salido de la prisión de Tocorón (como se conoce al Centro Penitenciario de Aragua)”, continuó su relató el oficial, con base en la minuta policial que tenía en su móvil.

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José Luis Alviarez Alecio, entrenador de beisbol asesinado Foto: Rafael Salguero (Cortesía El Siglo).

«Hay acuerdos entre los pranes y las academias. Estas deben pagar entre 3 % y 10 % por cada chamo que firma”. Funcionario del CICPC

En Venezuela, el beisbol es considerado el deporte nacional. “Unos 6 millones de niños lo practican, es una cifra muy alta”, dijo Aracelis León, presidenta de la Federación Venezolana de Beisbol (FVB), sobre el dato que es similar a la cantidad de niños escolarizados en la nación.

Además de llenar al país de glorias deportivas como Alfonso “Chico” Carrasquel, Andrés Galarraga, Oswaldo Guillén o José Altuve, esta actividad se convirtió en un mecanismo de ascenso social, un pasaporte para salir de la pobreza y un negocio millonario que no para de crecer.

“Hoy en día este es el negocio (las academias y firmas) más lucrativo que hay en Venezuela. Pero también se gasta”, afirmó uno de los encargados de la academia Carlos Alfonso Guillén, una de las más lujosas y exitosas. Pertenece al exgrandeliga del mismo nombre, quien fue presidente del equipo profesional Tigres de Aragua y director del Instituto Regional de Deportes de la gobernación de Aragua.

La cantidad de prospectos criollos que reciben bonos millonarios se multiplicó por cuatro en solo seis años. De 3 peloteros firmados por más de US$1 millón en 2015, pasó a 16 en 2022. En 2020 no hubo firmas por la pandemia. El 2021 fue el año con más rúbricas de siete cifras, con 14 casos. El 2022 ha sido el año con más rúbricas de siete cifras, con 16 casos.

Entre el 2 de julio de 2015 y el 15 de enero de 2022, unos 69 jóvenes venezolanos firmaron por más de US$1 millón con alguno de los 30 equipos de la Major League Baseball (MLB) en Estados Unidos, mientras que más de 2.000 —un promedio de 350 por año— han pactado por montos que van de 10.000 a 990.000 dólares. El récord del bono más elevado para un venezolano lo tiene Kevín Maitán, quien recibió US$4,2 millones en 2016.

Alviarez Alecio también le había apostado al beisbol. Como entrenador, agente y encargado de una sencilla academia sabía que podía quedarse con 40 % o 50 % del bono en dólares que lograra su pupilo. Una docena de expertos, empleados de academias y madres de algunos prospectos entrevistados para esta investigación aseguran que estos son los porcentajes que exigen las academias, lo que les compensa una inversión aproximada de US$10.000 anuales por cada talento.

La prometida firma de uno de sus prospectos se concretó finalmente en 2021, pues en 2020 no hubo firmas por la pandemia de COVID-19, y el proceso fue atrasado hasta el 15 de enero del año siguiente.

El pelotero solo recibió US$10.000, no entró en la élite de los millonarios, y —según la página de Minor League Baseball (MiLB)— está en la Dominican Summer League (DSL) o Liga de Verano en República Dominicana, primer peldaño en la ruta a las Grandes Ligas.

Tito fue asesinado mucho antes de que pudiera tocar los US$4.000 o US$5.000 que le correspondían. El 10 de julio de 2020, a las 2:00 p. m., recibió una llamada y salió a la puerta de su humilde vivienda a medio construir. Afuera lo esperaban dos sicarios que, después de dispararle en varias ocasiones, tomaron su celular y huyeron.

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En la calle José Ramos del barrio San Rafael sicarios asesinaron al entrenador José Luis Alviarez Alecio.

El análisis de telefonía hecho por los investigadores del homicidio arrojó que la última llamada que recibió Alviarez Alecio era de Jesús Eduardo Ramos Fragachán, alias “Loro”, un miembro del Tren de Aragua, la organización criminal que se expandió a 11 estados de Venezuela y 7 países de América Latina.

“Este hombre (Ramos Fragachán) era uno de los encargados de cobrar las extorsiones y se encontraba en Ureña (en la frontera de Táchira con Colombia). Desde allá amenazó al preparador físico y le exigió un pago por la firma del pelotero, aunque esta no se había hecho todavía. Hay acuerdos entre los pranes y las academias. Estas deben pagar entre 3 % y 10 % por cada chamo que firma”, dijo el funcionario policial.

Ramos Fragachán fue detenido en Ecuador a finales de 2020 por extorsionar a comerciantes, transportistas y migrantes venezolanos en la población fronteriza de Tulcán. Lideraba a un grupo de supuestos miembros del Tren de Aragua que presuntamente constituyó una célula de esta organización criminal en ese país. Finalmente fue acusado por asociación ilícita y sentenciado a un año de prisión, luego de aceptar los cargos. Fue liberado antes de cumplir la condena, debido a la crisis del sistema de prisiones ecuatoriano. Se desconoce su paradero actual. Su nombre no está entre las alertas de personas buscadas por Interpol. Su deuda con la justicia venezolana por el homicidio del entrenador sigue pendiente.

Los dos autores materiales del asesinato de Tito murieron en presuntos enfrentamientos con cuerpos de seguridad, ocurridos en momentos diferentes.

El diario El Periodiquito reseñó la muerte del criminal Jesús Alberto Azocar Noguera, alias «El Papo», uno de los autores materiales del asesinato del entrenador de Beisbol José Luis Alviarez Alecio.

Un familiar del entrenador identificó a uno de los homicidas como “una persona de un barrio vinculado a la cárcel (controlado desde Tocorón)”. Sin embargo, dijo desconocer la relación entre el asesinato de Alviarez Alecio y la firma del prospecto. “Nosotros no sabemos. Se dijo que fue por una mujer”, agregó citando la versión inicial publicada en la prensa.

Pero un vecino, que acompañaba a la familia de Tito, sí recordó el episodio de la firma. Dijo el nombre del prospecto (que no se menciona en esta investigación por su seguridad) y del equipo que lo firmó.

Después del asesinato del entrenador, el estadio José Casanova Godoy fue intervenido por el consejo comunal (una instancia de regulación vecinal promovida por el Gobierno), contó uno de los encargados de la instalación deportiva, que no supo explicar cuál fue la razón.

Con relación a ese caso, Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y experto en esa temática, analizó la jugada de los pranes e identificó una primera modalidad de extorsión.

“Cuando los pranes exigen un porcentaje sobre la firma de cada pelotero están entrando en una nueva modalidad de negocios. Estos grupos empiezan a incursionar en modalidades más sofisticadas. Si te va bien, yo quiero una parte de ese negocio. Un pedazo de la torta”, explicó el experto.

Los pranes, en su mayoría ligados a las megabandas, lideran organizaciones de crimen organizado. El Tren de Aragua en particular ha diversificado su portafolio criminal en una veintena de actividades, y ha incursionado en el delito transnacional. La expareja de uno de los pranes de esta organización dijo, en conversación telefónica, que los jefes de la prisión “están muy atentos del que es firmado”, porque ellos se quedan con un porcentaje y lo usan “para ayudar a las academias de bajos recursos”, agregó. La pregunta es: ¿cuáles son y de quién son esas academias humildes?

Academias bajo amenaza

En Venezuela funcionan 195 academias registradas en la Asociación Venezolana de Agentes de Beisbol (Avab), y un centenar más que operan de forma independiente. Son organizaciones privadas que se dedican al reclutamiento y formación de niños y adolescentes con potencial para llegar a las Grandes Ligas. También actúan como intermediarios y gestionan la contratación y firma de los prospectos.

La academia de Carlos Guillén (ACAG) cuenta con un centro de preparación física con equipos sofisticados, unidades de transporte para los prospectos y varios campos de entrenamiento con grama en perfectas condiciones.

Para esta investigación, el equipo de ARI y CONNECTAS visitó más de 25 academias de cinco estados del país: Aragua, Carabobo, Lara, Miranda y Anzoátegui, y en todos —excepto Miranda— había casos de cobro de vacuna, amenazas de los pranes y “ofertas” de servicios de seguridad para las instalaciones y sus empleados.

Unos meses después de atacar con granadas varias ventas de vehículos en Barquisimeto, capital del estado Lara, la banda de Josué Ángel Santana Peña, alias “Santanita”, empezó a contactar a los dueños de tres importantes academias de béisbol con el objetivo de extorsionarlos.

En enero de 2021, la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) detuvo a Frandy de Jesús Mújica, presunto miembro de la peligrosa organización criminal que opera en el estado Lara, a 370 kilómetros de Caracas

Cuando Mújica fue detenido, era investigado por su presunta vinculación con una serie de ataques con explosivos contra concesionarios de vehículos ocurridos en 2020 en Barquisimeto. Alias “Santanita”, líder de la organización a la que pertenece Mújica, se atribuyó los atentados. El objetivo era forzar a los comerciantes a pagar vacuna, mediante intimidación y miedo.

Mújica tenía en su teléfono celular fotografías, información personal y vídeos de los vehículos del propietario de una de las más importantes academias de beisbol de Lara y miembro de la Avab.

Dos meses antes de este hallazgo, funcionarios del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (CONAS) de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) fueron alertados, de manera informal, por los escoltas del empresario sobre una serie de llamadas y mensajes amenazantes que el empresario había recibido.

Los investigadores del CONAS de inmediato conectaron los dos eventos y concluyeron que la banda de “Santanita” tenía planeado atentar contra los dueños de algunas de las academias de béisbol más reconocidas en el estado Lara. Por eso Mújica y su grupo estudiaban al empresario.

“Yo pasé por esa situación en diciembre de 2020. Otras dos academias también. Estuve alrededor de tres meses viviéndola… Amenazas telefónicas, vía WhatsApp, con fotos de la familia, de los hijos. Te mandan fotos de armamento, granadas, pero al final gracias a Dios no pasó más allá y aquí estamos”, confesó el propietario de la academia, en una entrevista para esta investigación.

Santanita, un joven de 24 años es el delincuente más buscado de Lara -  Porlavisión
Josué Ángel Santana Peña, alias «Santanita»

“Ellos querían quitarles plata (a las academias) como lo hicieron con las agencias de carros. Los montos que piden suelen ser de 100.000 (dólares) para arriba”, dijo un funcionario del CONAS, que solicitó no publicar su nombre.

La razón es que las academias de beisbol son como cualquier otra empresa o unidad de producción que mueve recursos financieros. Por eso no están exentas del «impuesto» que exige la banda de alias “Santanita” a los empresarios larenses.

Las tres organizaciones que estaban bajo asedio se encuentran entre las más importantes de Lara, entidad que aporta 25 % de las firmas de prospectos de todo el país cada año, de acuerdo con los cálculos de dos agentes entrevistados para este reportaje.

Una de ellas fue fundada en 1995 y desde su creación ha firmado más de 200 prospectos, incluyendo a nueve grandeligas. «Mucha gente piensa que tenemos una mina de oro, que tenemos un banco porque trabajamos con jugadores y la realidad es que muchas veces las inversiones que hacemos son mayores que la producción (ganancias) que obtenemos”, explicó el empresario larense.

«Eso simplemente quedó ahí. Nos manejamos con los entes gubernamentales que nos dieron un respaldo bien importante (…). Todo quedó en amenazas y, gracias a Dios, hoy podemos andar tranquilos”. Propietario de academia amenazado.

Las amenazas a este empresario y las otras dos academias llegaron por llamadas y mensajes de WhatsApp con fotos de familiares, granadas y otros armamentos para hacer presión. El empresario aseguró que los extorsionadores no se identificaron con alguna banda, y un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) dijo que las llamadas se habían hecho desde el estado Aragua.

Esta revelación coincide con investigaciones policiales que aseguran que “Santanita” estaría detrás de las amenazas a las academias y vinculan a este delincuente con el Tren de Aragua.

Adicionalmente, un informe de la PNB (que muestra las jerarquías y conexiones de las megabandas) al que tuvo acceso esta investigación, identifica a alias “Santanita” como uno de los cabecillas de la megabanda aragüeña que lidera Héctor Guerrero, alias “Niño Guerrero”.

Héctor Rutherrford Guerrero Flores, alias el «Niño Guerrero.

Sobre el desenlace de su caso, el empresario explicó: “Eso simplemente quedó ahí. Nos manejamos con los entes gubernamentales que nos dieron un respaldo bien importante (…). Todo quedó en amenazas y, gracias a Dios, hoy podemos andar tranquilos”.

Los propietarios de las otras dos academias de Lara también fueron contactados por ARI y CONNECTAS. Confirmaron que fueron amenazados y extorsionados, pero prefirieron no hacer comentarios sobre el tema, y pidieron no mencionar los nombres de sus organizaciones. Uno de ellos dijo que fue la banda de “Santanita” y agregó que notificaron al CONAS. El incidente no pasó de las amenazas.

En este caso, nuevamente el epicentro de las extorsiones contra las academias se ubica en la cárcel de Tocorón. Incluso un scout, el gerente deportivo de un equipo de Grandes Ligas y periodistas deportivos aseguraron que la vinculación de esta cárcel con algunas academias comenzó en 2016, cuando se agravó la escasez de alimentos en Venezuela y los pranes se convirtieron en proveedores de estas organizaciones deportivas. También lo confirmó la expareja de un pran. No es un secreto que en este centro penitenciario abundaban los víveres que no se conseguían en los supermercados.

Sin embargo, los pranes de esta prisión no son los únicos que intentan sacarla de jonrón en el negocio de las firmas. Los líderes del Internado Judicial de Carabobo (cárcel de Tocuyito) y el Centro Agroproductivo de Barcelona (cárcel de Puente Ayala) también toman su turno al bate y esperan un buen lanzamiento.

Vacuna por control territorial

La mayoría de las nuevas academias fueron creadas después de 2015. En 2018, se constituyó la Avab, con la intención de organizar y proteger a quienes incursionaron en un negocio que comenzaba a canibalizarse. Sin embargo, estas academias funcionan sin controles, ni regulaciones, lo que quizás ha propiciado algunas irregularidades y ha favorecido la acción de los pranes.

En Carabobo, las academias también han enfrentado “la maldición” de las extorsiones. Varias personas del ambiente del beisbol mencionaron el caso de la Academia x. “Al dueño lo estuvieron extorsionando, afortunadamente no pagó. Le estaban pidiendo 100.000 dólares, luego le bajaron la cifra a 50.000”, contó el gerente de otra academia de la entidad, que pidió no publicar su nombre, al igual que casi todas las personas consultadas para esta investigación.

El propietario de la Academia x fue contactado por ARI, pero prefirió no hacer comentarios: “Muchísimas gracias por el interés, pero con mucho respeto, no puedo darle esa información”, dijo vía telefónica.

En Carabobo opera la banda del pran Néstor Richardi Sequera Campos, alias “Richardi”, líder de la prisión de Tocuyito. Este preso es un fanático del deporte, por lo que entrevistados aseguraron que sería “incapaz de meterse con un pelotero”.

“Caimaneras” en Tocuyito

Una gigantografía con los rostros de una decena de peloteros venezolanos de Grandes Ligas decora una de las primeras paredes que se ve al ingresar a la cárcel Tocuyito, después de pasar los dos chequeos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y uno de la funcionaria del Ministerio de Servicio Penitenciario.

Es el afiche promocional y conmemorativo de una de las últimas caimaneras –como se les dice en Venezuela a los juegos amistosos de beisbol– organizadas por el pran “Richardi”.

El encuentro, que en diciembre de 2021 llegó a su sexta edición, se realiza en un estadio que está dentro de la cárcel. “Eso lo hacen todos los años. Vienen todos los Grandes Ligas, traen de todo y se arman tremendas rumbas”, contó un preso durante una conversación desde las gradas del campo.

La organización del evento y el cuidado de las instalaciones deportivas que están dentro de la prisión —entre ellas dos canchas de baloncesto— son una de las prioridades de “Richardi”, quien es fanático de los deportes y siempre busca rodearse de atletas de élite, especialmente peloteros.

Pero el beisbol no es lo único que ocupa la atención del pran. “Richardi”, además de liderar la prisión, es uno de los capos en Carabobo y Cojedes. Tiene negocios de charcutería y ha incursionado en la minería ilegal, según informaron presos y funcionarios policiales.

El acceso al pabellón donde vive, una edificación de ladrillos que resalta dentro de la cárcel, es custodiado por media docena de presos armados con Ak-103, AR-15, FAL y pistolas 9mm, similares a las que abundan en distintas prisiones del país. según relató una persona vinculada a esta investigación que logró ingresar a la prisión como visita a mediados de 2021. Ella agregó que junto a la puerta hay otro afiche con los rostros de los peloteros, es igual al de la entrada, según relató una persona vinculada a esta investigación que logró ingresar a la prisión como visita a mediados de 2021.

“En diciembre realizan una partida de softbol en el Penal de Tocuyito y van todos los peloteros de las Grandes Ligas de esta zona. Ellos se reúnen con Richardi, les llevan artículos deportivos a los pranes, algunos se relacionan por miedo, para que no se metan con ellos, para que no los extorsionen, otros para tener amistad. En Tocuyito como tal no funciona ninguna academia, donde funciona es en el destacamento de la Guardia Nacional, pero a los pranes les piden recomendación y ellos sugieren academias. Algunos agentes tienen buena relación con Richardi y aseguran que él los protege, pero no creo que sea tan así”, explicó el administrador de una academia.

Un excamarógrafo del canal deportivo Meridiano Televisión confirmó que en dos ocasiones acudió a cubrir esta actividad.

Pran Júnior Yegues encabeza las extorsiones en Anzoátegui

La situación en el estado Anzoátegui, en el oriente del país, es todavía más oscura. Un comisario del CICPC, un periodista deportivo y empleados de varias academias aseguraron que los casos de extorsión vienen de la prisión de Puente Ayala, pero también de los cuerpos de seguridad.

“Se han escuchado muchos rumores, pero cuando uno comienza a indagar entonces desmienten o dicen que no saben detalles. Pero de fuentes muy confiables sé que la mayoría de las academias pagan vacunas: unas pagan a grupos delictivos y otras pagan a funcionarios policiales por protección”, aseguró un comunicador experto en la fuente deportiva. Él también pidió no mencionar su nombre.

El principal grupo criminal en la región está en la cárcel de Puente Ayala, en Barcelona, Anzoátegui y lo dirige el pran Júnior Yegues, quien encabeza las extorsiones.

“En 2019 fui a ver a unos peloteros en Puerto La Cruz (Anzoátegui), y en uno de los estadios se me acercó un hombre para ofrecerme seguridad de parte de los pranes de la cárcel de allá. Que si les pagaba ellos me iban a cuidar y nada me iba a pasar. Muy elegantemente le dije que no estaba interesado”, narró un scout que lleva ocho años trabajando para organizaciones de Grandes Ligas.

Un comisario del CICPC en Anzoátegui aseguró que existe una fuerte sospecha de que hay casos de extorsión dentro de las academias de beisbol. “Hemos intentado averiguar, pero no hemos documentado casos que nos permitan verificar esta información. Incluso nos han hablado de extorsiones donde están involucrados funcionarios policiales del mismo cuerpo de investigaciones del Estado”, apuntó el funcionario.

Con base en las entrevistas para este reportaje, al menos tres razones explicarían por qué las denuncias de extorsión casi no llegan a la policía: las víctimas temen denunciar y ser objeto de represalias de los pranes; los propietarios de las academias y su entorno temen poner en riesgo el negocio que les da de comer; y es probable que algunas academias hayan pactado con los pranes (por temor o en busca de seguridad) y pagan en silencio.

Estos motivos también podrían explicar el hecho de que la mayoría de los entrevistados para esta investigación insistieran en que sus identidades no fueran reveladas.

«Los grupos de delincuencia organizada llegan a las academias porque estas se encuentran dentro de zonas que ellos controlan». Oficial de la DGCIM.

Las historias de Lara, Carabobo y Anzoátegui encajan en una forma de extorsión asociada al control territorial, explica un funcionario de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Aragua.

“Los grupos de delincuencia organizada llegan a las academias porque estas se encuentran dentro de zonas que ellos controlan”, dijo el oficial que investiga a los grupos armados.

Por esa razón, hay academias que funcionan dentro de instalaciones militares, en busca de algo de protección. En la Base Logística de la Aviación en Aragua (Baragua) entrenaban los peloteros de una organización, que según un militar lleva el nombre del grandeliga Miguel Cabrera.

Uno de los encargados de la academia confirmó la versión y agregó que la organización se llama Miguel Cabrera. Explicó que era una iniciativa reciente y que pertenecía al padre del big leaguer y a un socio. Informó que hasta diciembre de 2021 operaron en la base militar, entre otras razones, por un tema de seguridad. Suponen que estando allí es más fácil librarse de los pranes, aunque algunas historias conocidas para esta investigación demuestran que esto no amedrenta a tales delincuentes.

Sobre la academia que lleva su nombre, Miguel Cabrera, el pelotero venezolano más destacado en las mayores, aclaró que no tenía vínculos con escuela alguna. “Según todos ellos, tengo varias academias. Pero no tengo”, respondió el pelotero en una breve conversación por WhatsApp.

El director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Roberto Briceño, coincide en que en los casos descritos la extorsión está asociada al control territorial, y sumada a una promesa de seguridad y protección. “Hace un tiempo tuve información del cobro de protección para permitir el funcionamiento de las academias en Valencia (Carabobo). De alguna manera yo garantizo que nadie te hará daño y que los muchachos estarán bien. Te protejo de mí mismo. Y también de ladronzuelos y grupos menores”, analizó.

En estos casos, la vacuna es el impuesto que les permite operar en un territorio controlado por megabandas, pranes o policías. “Es posible que los dueños o encargados de algunas academias no se sientan mal por pagar una extorsión. Ellos no se dan cuenta de que los están robando. Porque sus insumos son muchachos (prospectos adolescentes) y esto acarrea riesgos, por eso les importa la seguridad. Es una protección que el Estado venezolano no puede dar, entonces sustituyen las funciones de protección que tendría que brindar el Estado”, explicó el experto.

“Showcase”, “buscones” y “venta de deudas”

En una entrevista para esta investigación, Aracelis León, presidenta de la Federación Venezolana de Beisbol (FVB), revisó el panorama en el beisbol menor en Venezuela y afirmó que se observa un cambio desde 2005, cuando las granjas de los equipos de Grandes Ligas comenzaron a irse del país.

“Mientras unos han centrado sus esfuerzos en tres o cuatro jugadores con un programa de formación, otros apuestan por captar un mayor número de talentos a través de la creación de academias”, explicó la dirigente deportiva.

León se refirió principalmente a la forma de trabajar de las academias y los cazatalentos. “No existe un lineamiento claro en la Ley del Deporte sobre este tema. Los agentes y reclutadores de peloteros deben estar registrados en el IND (Instituto Nacional de Deportes), pero muchos no lo están. No ha salido una licencia del IND para las academias. Estas organizaciones pueden asociarse con la Federación, pero ellos tienen la libertad para trabajar dado que son los institutos regionales los que dan los permisos para utilizar los estadios (del Estado). Hemos recibido en calidad de asociadas a unas 50 academias, de las más de 200 que hay en Venezuela”, aseguró.

Toda esta dinámica, algo anárquica, ha venido acompañada de nuevas prácticas y jugadas desconocidas.

El 22 de agosto de 2020, un video en el que se veía a cuatro hombres armados que amenazaban al dueño, los empleados y varios prospectos de una de las academias de beisbol más importantes del país se viralizó en redes sociales, y sacudió el ambiente relajado, lúdico y festivo que caracteriza al beisbol venezolano.

El expelotero Alexis Quiroz y su academia AQ Sport Agency, ubicada en la capital del estado Aragua, eran el objetivo. Los delincuentes reclamaban: “…No nos quiere dar lo que le estamos pidiendo” y advertían: “Si él (Quiroz) no nos da una respuesta, vamos a tener que arremeter contra ustedes (empleados, peloteros recién firmados y familiares)”. De esta manera los pranes asomaban el alcance de sus batazos.

Sí, los pranes, porque la versión de que los hombres del video podrían ser policías o militares por el tipo de armas que exhiben no tiene sustento. En Venezuela los delincuentes y los funcionarios de los cuerpos de seguridad usan los mismos modelos de armas: AK-103, pistolas 9 mm, y los viejos FAL, más comunes entre los grupos de delincuencia organizada.

El 12 de agosto, 10 días antes, dos escoltas de Alexis Quiroz habían sido atacados desde un vehículo en marcha en Maracay. En el incidente resultó herido uno de los guardaespaldas del expelotero, que era oficial agregado de la Policía de Aragua. Estos eventos no se habían hecho públicos.

Todo apuntaba a que se trataba de una extorsión, y la posible relación de los pranes con las academias en el contexto de las firmas de los prospectos se convirtió en el tema de cotilleo en el medio beisbolístico.

La academia de Quiroz es considerada una de las más exitosas del país. Entre 2014 (cuando fue creada) y 2022 ha firmado a 23 prospectos. En el grupo destacan Josue Briceño, Wilman Díaz, Martín Jiménez, Junior Marín, Carlos Arcila, Luis Medina y Diego Cartaya. Todos con bonos superiores a los US$100.000.

Aunque estas virtudes eran un atractivo obvio para los pranes, el motivo del ataque fue otro.

Quiroz había logrado una negociación por US$2,69 millones a cambio de la firma de uno de sus prospectos. El acuerdo se concretó el 15 de enero de 2021, cinco meses después de los ataques (cuando se abrió el proceso de firmas). El prospecto había llegado a AQ Sport Agency de la mano de un cazatalentos independiente, a los que se les conoce como “buscones”.

“Él (Quiroz) le ofreció al ‘buscón’ algo así como el 20 % (unos US$539.000) de lo que le dieran al chamo por la firma. Pero resulta que al chamo lo firmaron por varios millones. Entonces cuando se puso a sacar cuentas, no es lo mismo entregar el 20 % de US$10.000 que el 20 % de casi US$3 millones. Además casi siempre la mitad del bono es para el muchacho y su familia. Ahí fue cuando empezó a dudar”, contó un empleado de la AQ Sport Agency, durante una actividad en agosto de 2021, que marcó la reapertura de la sede de la academia después de estar cerrada desde el atentado.

El “buscón” con el que había negociado Alexis Quiroz no era un pran. Pero al conocer del acuerdo por el prospecto que él había descubierto —y aunque la firma no se había materializado— comenzó a exigir el porcentaje prometido. Como no recibía una respuesta satisfactoria, decidió “vender” sus derechos sobre el monto que le debía el empresario. Así el acreedor de Quiroz pasó a ser el “Niño Guerrero”, líder del Tren de Aragua y pran de Tocorón.

“La versión que tenemos es que el ‘buscón’ les ‘vendió la deuda’ a los pranes, contactó a la gente de la prisión para que cobrara la deuda. Si lo lograban, una parte del dinero era para ellos (los pranes). Es allí cuando comienzan las amenazas, el ataque a sus escoltas y la publicación del video”, explicó un excomisario del CICPC, que trabajó en el caso de manera informal, porque no hubo una denuncia. “No hubo una investigación como tal. De hecho eso quedó así”.

Después de la publicación del video, Alexis Quiroz se fue del país junto a su familia. La sede de la academia permaneció cerrada durante casi un año y los prospectos entrenaban en otras instalaciones. Una empleada de la organización aseguró que luego de la reapertura todo está funcionando con normalidad.

Sin embargo, en el ecosistema de las academias se ha repetido el uso de videos con amenazas similares contra otros empresarios y se ha recurrido a los pranes para cobrar deudas pendientes.

Comunicado de Alexis Quiroz y AQ Sports Agency en relación a los hechos de  las últimas semanas | Pasión X el Deporte | Sitio Oficial

Un empresario venezolano que organiza eventos de exhibición, conocidos como showcase, para mostrar los prospectos a los scouts o cazatalentos de los equipos de Grandes Ligas en Colombia, fue amenazado en agosto de 2021 en un video. En las imágenes se observa a cuatro hombres armados, que apuntaban a un pequeño cartel hecho a mano con la fecha 7/8/2021 y el nombre del empresario, mientras planteaban sus demandas.

Exigían el pago de una “colaboración” y en el mensaje mencionaban las ciudades colombianas donde el empresario acostumbra organizar los showcases: Cartagena, Medellín y Bogotá. Aunque el video no llegó a viralizarse en las redes sociales, sí circuló en los chats de empleados y personal de las academias. ARI logró conseguir el material audiovisual y averiguar qué había detrás de este nuevo hecho delictivo.

“Lo que pasó ahí fue que el empresario organizó un showcase en Medellín, y el dueño de una academía en el Zulia iba a llevar varios de sus peloteros. Pagó como US$200 por la participación de cada uno, pero se enfermó de COVID-19, entonces pidió la devolución del dinero. El organizador le dijo que no había problema, que le devolvería la plata. Pero empezó a marearlo (poner excusas). Pasó un tiempo y no le dio nada. Parece que el hombre se molestó y se buscó a unos pranes que montaron ese video para hacer que pagara la deuda”, explicó otro organizador de eventos y dueño de una academia, que conoce a los involucrados.

Este caso, al igual que los anteriores, también quedó así. El empresario sigue organizando eventos en el estado Zulia; no se supo nada más sobre las amenazas. Fue contactado a través de sus redes sociales para esta investigación, pero negó ser la persona a la que amenazaban en el video.

Los showcases son eventos públicos. Para participar hay que pagar una inscripción por cada pelotero. El costo oscila entre US$100 y US$250. Los jóvenes peloteros son divididos en equipos y realizan juegos de exhibición durante dos o tres días para mostrar sus habilidades a la ofensiva y a la defensiva. Estas actividades son organizadas por algunas academias o por particulares cuyo negocio se limita al montaje del espectáculo.

La inseguridad y la salida de las granjas de los equipos de Grandes Ligas, y de muchos scouts del país, motivó que algunos empresarios venezolanos mudaran los showcase a Colombia, República Dominicana y Panamá.

Pero en el último año estos eventos han tenido que regresar a Venezuela, debido a las restricciones de viaje por la pandemia, las limitaciones migratorias impuestas a los venezolanos y el costo que implica el traslado de los prospectos a otro país.

Hay un intento de los empresarios por convencer a los scouts de que es seguro venir a ver a los prospectos en Venezuela. Por esta razón en 2021 se organizaron más de una docena de exhibiciones, principalmente en Carabobo y Aragua. Pero los pranes también se metieron en este terreno de juego.

Uno de los entrevistados relató que los organizadores de los showcase deben tener la autorización de los pranes cuando los celebren en algún estadio o incluso en instalaciones militares que estén en su territorio. Si no, son contactados desde las prisiones, amenazados y extorsionados.

Precisó que durante la exhibición, desde Tocorón envían a emisarios para que colaboren con la seguridad y la logística. Estos también se ofrecen para ayudar a los empresarios a cobrar alguna deuda a personas relacionadas con el evento, que se hayan demorado en pagar la cuota de inscripción o cualquier otro concepto.

Para Roberto Briceño esta forma de cobrar una deuda no pagada es también una extorsión. “Se da la transformación del delito depredador al delito tipo mafia, que es un delito de venta de seguridad. La mafia funciona como una extorsión protectora, el individuo no lo siente como un robo, lo siente como un servicio. Pero la extorsión en realidad es un robo a cómodas cuotas. Se ofrece un servicio con la eficiencia que no logra el Estado”, explicó el experto.

Su análisis va un poco más allá y les da a los pranes otra posición en el campo. “También es posible que los pranes sean financistas, socios capitalistas. Por eso también se ocupan de cobrar. Te ofrecen un capital, algo que los bancos dejaron de hacer. En este caso los pranes ejercen una función que debían de cubrir los bancos”, explicó el director del OVV.

Aunque muchas academias pertenecen a empresarios con tradición en el beisbol, y a peloteros y expeloteros de Grandes Ligas, la identidad de los propietarios o inversionistas de la gran mayoría de estas organizaciones se desconoce. Algunas son administradas por jóvenes entrenadores que no lograron llegar a las mayores, pero saben del negocio. Esta investigación identificó que policías y militares también tienen academias.

Sin embargo, poco se conoce sobre el financiamiento de algunas de estas organizaciones, especialmente de las que han proliferado en los últimos dos años. Algunos entrevistados no saben o no tienen permitido revelar el nombre del dueño de la academia para la que trabajan, por razones de seguridad.

Esta interacción o integración de los pranes con el mundo legal pudiera estar logrando que el dinero de las Grandes Ligas cruce la línea de fair, caiga en zona de foul y terminé financiando a grupos de crimen organizado. También es probable que estos últimos asuman un rol de benefactores o socios para lavar su dinero sucio, producto de actividades ilícitas, en las despensas de algunas academias.

“Cuando una empresa accede al pago de una extorsión para dedicarse a una actividad lícita, puede estar violando las leyes RICO (Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión) y FCPA (Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de los Estados Unidos), además de la legislación venezolana”, advirtió Jesús Loreto, abogado experto en derecho penal.

La Ley Rico fue precisamente uno de los instrumentos utilizados por las autoridades de Estados Unidos en la investigación del Fifa Gate.

El abogado Loreto agregó: “Ahora, cuando el Tren de Aragua amenaza a estas academias de la forma acá descrita, no se trata solo de un secuestro o una extorsión, sino de una obstrucción al comercio en los términos de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo. La penetración de las mafias en el deporte profesional es una de las más graves y rentables problemáticas asociadas al crimen organizado”.

Debido a la gravedad de los hallazgos de esta investigación, el 7 octubre de 2021, ARI envió un correo a dos representantes de la MLB, en el que se les solicitaba una entrevista sobre el tema. Pero no respondieron. El martes 24 de enero de 2022 se envió otra solicitud de entrevista por correo al vicepresidente de comunicaciones de la liga estadounidense; hasta el momento de la publicación de esta investigación no hubo una respuesta.

infografía

*El equipo de ARI y Connectas que participó en esta investigación tiene los datos precisos (nombres, fechas, lugares) y los testimonios que respaldan los casos que se mencionan. Sin embargo, no fueron publicados para no poner en peligro a las víctimas y a quienes aceptaron amablemente contar sus historias.

*Esta investigación tuvo que ser modificada el mismo día de su publicación, 10 de febrero de 2022, para eliminar el nombre y proteger la integridad de dos de las fuentes. Recibieron varias llamadas de alerta, una hora después de la difusión del especial.

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